El arte de la gestión de equipos

En nuestro mundo de desarrollo de software formarte en tecnología es sencillo y barato. Ya sea un nuevo lenguaje de programación, el último framework o herramienta, existe una gran cantidad de material didáctico disponible de gran calidad, o bien en forma de libros o directamente en internet. Sólo hay que poner un poco de interés y un ordenador donde experimentar y poner en práctica las supuestas bondades de una tecnología, sin más costes y, sobretodo, con riesgos cero.

Otro tema diferente es ya la gestión de equipos. Primero, porque se trata de una disciplina que tiene, en mi opinión, más de arte que de ciencia, debido sobretodo al componente psicológico que tiene siempre tratar con personas. Lo que funciona con uno, no tiene porqué funcionar con otros.

Segundo, no se puede practicar. Puedes leer todo lo que quieras, planificar y meditar sobre lo que vas a hacer. Pero no puedes practicar o experimentar. Llegado el momento tendrás que actuar y tus acciones no se pueden deshacer. No hay ctrl-Z y no sabes si algo funcionará hasta que lo hagas. Riesgos todos.

Tercero, la formación no es gratis. Lo más barato son los libros (al menos yo no conozco nada gratis de calidad). De seminarios, cursos, etc. mejor no hablamos. Y aunque libros hay muchos, no es fácil encontrar uno bueno. Unos desprenden un cierto tufillo a libro de autoayuda, otros se centran en una metodología en concreto y otros evitan por completo la parte psicológica, en especial el carácter distinto de, nosotros, los informáticos.
Me pasa mucho, no se si soy demasiado escéptico, que no puedo evitar preguntarme por los méritos del autor, si sus teorías son fruto de auténticos casos de éxito y cuáles serían las personalidades de sus compañeros, clientes, jefes, etc.

Así que, además de libros sobre el tema, siempre estoy atento para aprender de lo que me rodea, como éxitos y errores de antiguos jefes, errores propios, experiencias de compañeros/amigos y otros. Algunos de estos otros, estoy seguro que os sorprenderían. Uno de los últimos ha sido el libro El arte de la guerra, de Sun Tzu, que compré en un puesto de la feria del libro de mi ciudad.


Antes de que paseis a divagar sobre lo que fumo, os dejo algunas frases inspiradoras:

El mando ha de tener como cualidades: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina.
Una definición de liderazgo concisa pero completa de hace más de 2500 años.


Una vez comenzada la batalla, aunque estés ganando, de continuar por mucho tiempo, desanimará a tus tropas y embotará tu espada. [...] Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo.
Ya entonces tenian claras las ventajas de las iteraciones cortas.


Cuando hay entusiasmo, convicción, orden, organización, recursos, compromiso de los soldados, tienes la fuerza del ímpetu, y el tímido es valeroso. Así es posible asignar a los soldados por sus capacidades, habilidades y encomendarle deberes y responsabilidades adecuadas. El valiente puede luchar, el cuidadoso puede hacer de centinela, y el inteligente puede estudiar, analizar y comunicar. Cada cual es útil.
Estar bien organizado nos hace mejores a todos, en especial a los de menos talento. Saber ver y aprovechar los puntos fuertes de tus compañeros es vital para la salud de los proyectos y del propio equipo.


Los que anticipan, se preparan y llegan primero al campo de batalla y esperan al adversario están en posición descansada; los que llegan los últimos al campo de batalla, los que improvisan y entablan la lucha quedan agotados. [...] La dificultad de la lucha armada es hacer cercanas las distancias largas y convertir los problemas en ventajas.
Otra habilidad básica en un perfil senior es la de anticiparse a posibles problemas, en especial los tiempos muertos por la no disponibilidad de recursos o sistemas externos.


La energía de la mañana está llena de ardor, la del mediodía decae y la energía de la noche se retira.
Las tareas que requieran más atención dejalas para primera hora. Nunca fijes una reunión a última hora o la gente estará más pendiente de irse a su hora que otra cosa. Al menos a mi me pasaba.


A menos que tu corazón esté totalmente abierto y tu mente en orden, no puedes esperar ser capaz de adaptarte a responder sin límites, a manejar los acontecimientos de manera infalible, a enfrentarte a dificultades graves e inesperadas sin turbarte, dirigiendo cada cosa sin confusión.
Evita los prejuicios y deja los problemas personales en casa.


No presiones a un enemigo desesperado.
A veces un tirón de orejas a tiempo hace milagros, pero no abuses o nunca más te servirá con nadie. Nunca obligues a nadie a nada, intenta que lo decidan ellos, aunque sólo sea porque no tenian otra opción (pero al menos tenian 1 opción).


Las consideraciones de la persona inteligente siempre incluyen el analizar objetivamente el beneficio y el daño. Cuando considera el beneficio, su acción se expande; cuando considera el daño, sus problemas pueden resolverse.
Aplicable a decisiones tecnológicas y detección/contingencia de riesgos pero también respecto a tu relación con el resto del equipo.


Las murmuraciones describen la expresión de los verdaderos sentimientos; las faltas de disciplina indican problemas con los superiores. Cuando el mando ha perdido la lealtad de las tropas, los soldados se hablan con franqueza entre sí sobre los problemas con sus superiores.
Los rumores, cotilleos, etc. son el síntoma y no la causa de una situación de mal rollo en un equipo.


Ser violento al principio y terminar después temiendo a los propios soldados es el colmo de la ineptitud.
Esta me encanta.


Mándalos con humanidad y benevolencia, unifícalos de manera estricta y firme. Cuando las órdenes se dan de manera clara, sencilla y consecuente a las tropas, éstas las aceptan. Cuando las órdenes son confusas, contradictorias y cambiantes las tropas no las aceptan o no las entienden.Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción recíproca entre el líder y el grupo.
Lo difícil es hacerlo...


Estas son las seis maneras de ser derrotado. La comprensión de estas situaciones es la responsabilidad suprema de los generales y deben ser consideradas. La primera es no calibrar el número de fuerzas; la segunda, la ausencia de un sistema claro de recompensas y castigos; la tercera, la insuficiencia de entrenamiento; la cuarta es la pasión irracional; la quinta es la ineficacia de la ley del orden; y la sexta es el fallo de no seleccionar a los soldados fuertes y resueltos.
Más habilidades básicas a dominar: estimar, priorizar, formación, planificar, controlar, negociar y seleccionar.


Cuida de tus soldados como cuidas de tus queridos hijos, y morirán gustosamente contigo. Pero si eres tan amable con ellos que no los puedes utilizar, si eres tan indulgente que no les puedes dar órdenes, tan informal que no puedes disciplinarlos, tus soldados serán como niños mimados y, por lo tanto, inservibles.
Ser responsable de un equipo es un cargo a veces muy solitario, no se debe caer en el error de intentar hacerse el simpático o ir de colega porque a la larga acaba fatal.

Esto es todo, si os pica la curiosidad, el libro está disponible, gratis y en español en este enlace desde el portal de la aplicación saiku de gestión de proyectos (no la he probado).

2 comentarios :: El arte de la gestión de equipos

  1. Sorprende ver cómo, una novela de hace más de 2.400 años como es “El Arte de la Guerra”, puede seguir siendo tan vigente hoy en día, y la filosofía descrita ha ido más allá de los límites estrictamente “militares”, aplicándose a los negocios, los deportes, la diplomacia e incluso el comportamiento personal.
    Para aquel que no lo tenga, yo me lo he podido descargar gratuitamente desde la Web de YellowStar formación corporativa www.yellowstar.es.
    Saludos cordiales!

  2. Gran artículo, sí señor. Eso es no dejar de pensar en el desarrollo de software, y lo demás son tonterías ;).

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